Posts etiquetados ‘cenizas’

¿Que si soy valiente? Sólo te contaré algo, he visto cosas que me han destrozado el alma, he escuchado cosas que me han matado por dentro,  he visto como desconfiaron de mi cuando más leal he sido, he vivido la traición cuando más confianza he dado, pero ¿sabes algo? Estoy aquí de pie con ganas de amarte y brindarte mi apoyo en el momento que lo necesites.

Hoy he visto a mi familia llorar. Despedimos a mi abuela entre familia y conocidos, llorando. No me da miedo llorar, ya no necesito tener ese control del todo. Me muestro tal cual soy y si tengo que llorar lloro, y si tengo que querer, amo. No me da miedo expresarme y no me da miedo decir lo que siento.

Era la última de todos mis abuelos, y la que más me cuidó de pequeño. Lo era todo para ella. Y he visto el vacío que ha dejado en mi familia. En mi madre y en mi tía, sus hijas. Es duro ver llorar a la gente que quieres. Quizá es para lo único que no estoy preparado en la vida. Y he sentido la necesidad de llorar con todos. ¿Para qué esconderme? Es una tontería. Hoy he mostrado un sentimiento tan bonito y sano como es el sentir tristeza por alguien que ya no está, llorar sin freno ni vergüenza.

He pasado la tarde hablando con personas que hacía años que no veía, amigos de la familia con los que me he criado, las mismas edades y mismos sueños e ilusiones. Muchos casados y con hijos y muy envejecidos. Todo el que me veía me decía que si había hecho un pacto con el diablo, que cómo podía tener la misma cara y apenas sufrir el paso del tiempo.

Y eso me ha hecho pensar. No sé qué tengo ni porqué existo. Me he sentado en uno de los sofás de la sala, a observar como la gente hablaba de recuerdos, familiares se reencontraban, sentían, y se ayudaban mutuamente. Yo en cambio, cogí el móvil, y me puse a mirar a la persona que amo. Me puse a hacerlo porque mirarla me tranquilizaba. Es como si mirarla hacía que me teletransportara a otro lugar, donde la paz y la serenidad invadían mi mente, y en gran parte la alegría de tenerla a ella en ese preciso momento.

No sé si hago bien las cosas, porque la vida no viene con un manual de instrucciones, no sé si quiera si las estoy haciendo bien ahora, dedicándola pensamientos y escritos a diario, (fluyen de mis dedos y siento la necesidad de encender el portátil y escribir), y no sé porqué a cada foto que veía sentía la necesidad de escribirla algo, algo relacionado con lo que me  hacía sentir esa foto. No sé si hice más mal que bien. La verdad. Pero lo que sí sé es que lo hacía con todo el cariño de mi corazón, porque mi corazón lo sentía.

Cuando me he dado cuenta, llevaba más de hora y media en silencio mirando sus fotos. Es como si no hubiera sido consciente por ese tiempo de dónde estaba y con quienes estaba. Estaba sólo con ella. Aislado de cualquier daño o sentimiento de tristeza. En ese espacio de tiempo sentí la serenidad invadiéndome y la alegría. Sentía amor, amor de verdad, del de película. Era como si estuviese soñando despierto y no fuera consciente de ello.

De repente mi tía me agarró y me despertó de mi sueño. Ya no estaba con Tatyana. Volví al sepelio y mi tía me pidió que la abrazara. Fue como la cara y la cruz de los sentimientos. El dolor y el amor en un mismo momento.

Y es que hace mucho tiempo conocí al amor de mi vida. Aunque no lo quise entender, fue a primera vista, sin duda ella se enamoró de mi. La primera vez que nuestros ojos se encontraron, ella se dio cuenta. Yo he tardado un poco más. Qué suave era su piel. Desde entonces, ahí estamos. Pasamos tiempo separados y nos volvemos a encontrar. Y cuando nos encontramos la abrazo fuerte, y ella también me abraza fuerte, y me avisa por adelantado que la voy a liar. Que no es el momento adecuado, que habrá mil motivos seguramente para separarnos y no complicarnos la vida. Y siempre tiene razón.  Pero aunque la cague mil doscientas veces, nunca se acaba de marchar. Siempre está.

Me besa mejor que nadie en toda mi vida. Cuando voy a descarrilar, es capaz de parar todos los trenes de mi mente. Sabe perfectamente cuál es mi estado y lo que necesito oír a cada momento. Lo da absolutamente todo por mí, aunque duela. La quiero más de lo que se lo demuestro.

Y tengo la absoluta seguridad de que nunca me dejará, pase lo que pase. Fiel, totalmente fiel. Y por eso te quiero Tatyana.

No se trata sólo de sexo. No me malinterpretes. El sexo es jodidamente genial, pero cuando tienes una conexión con alguien, cuando sientes algo tan fuerte por alguien, sólo un beso es suficiente para que tus rodillas se sientan débiles. Y simplemente no se puede superar eso.

Cómo echo de menos uno de tus besos cielo. Cómo echo de menos que me tiemblen las rodillas. Cómo te echo de menos entre mis brazos sentada encima de mis piernas en el coche, intentando despedirnos y no poder separarnos, mirar el reloj y ver como pasa el tiempo, tu encima mío y yo abrazado a ti oliéndonos el perfume. Ese que tanto nos apasiona a los dos.

Yo quiero darte lo mejor de mi, quererte como se quieren pocas cosas, consentirte y dedicarte todas estas letras que seguro nadie te escribió. Quiero amarte más allá de lo imposible… Estar siempre para ti, porque tu siempre sabes como atarme, un gesto, una palabra, un mensaje que me llena de ilusión, porque tal vez tu no me quieras, pero necesitabas que yo te quisiera. Esto sin duda es lo que más detesto de ti. Pero no me arrepiento de nada, al fin y al cabo, me has dado las noches de insomnio más hermosas de mi vida.

«Dicono che il mondo è di chi si alza presto. Non è vero. Il mondo è di chi è felice di alzarsi.»

Y digo todo esto porque todo esto es lo que sentí al ver tus fotos. Me las vi todas una y otra vez. Aunque la mejor es la foto que te hicieron mis ojos mientras sonreías. Esa era la mejor.

Y yo te necesito. Días como hoy te necesito cerca. Uno de tus besos, un café, una bocanada de aire fresco, buen sexo, buena música, la vida está hecha de efímeros placeres, los cuáles los quiero todos contigo.

No sé qué espacio necesitas. Ni qué tienes dentro de la cabeza, no sé si es miedo como el que tuve yo en su día cuando te dije que quería ser tu amigo y tu no te conformabas. No lo sé. He descubierto que sé muy poco. Y dentro de lo poco que sé lo más importante es saber que me he enamorado de ti.

Quizá necesites tiempo, o espacio, o estés hecha un verdadero lío como me dijiste, y no te entiendas ni tú. Y puede que yo la esté cagando mandándote audios, o escribiéndote aquí. No lo sé tampoco, pero es ni la vida ni tú veníais con libro de instrucciones, y ahora mismo estoy aprendiendo a cada paso que doy, me guío por sensaciones, por sentimientos que fluyen dentro de mi. Y te pido perdón si la estoy cagando, pero lo que estoy haciendo, lo hago con el corazón. Y tu sientes por mi. Lo sé, cada parte de mi cuerpo, mi mente lo sabe, y quizá te de miedo que complique tu mundo, o quizá que lo revolucione, porque sé que para interpretar necesitas energía… pero tu me enseñaste a liberar lo que llevo dentro, a dejar de controlarme, y parece que tu lo haces ahora. Porque si algo sé es que el Destino nos quiere juntos y que una parte de ti, la que me ama, fluye por salir.

Sin duda tu yo objetivo intenta encerrarla. Y yo te pregunto: ¿Porqué? tu sabes la de gente que pide sentir lo que sentimos nosotros, la de gente que se pasa la vida intentando que alguien sienta lo que siento yo por ti ahora… yo creo que la vida no está para desperdiciar sentimientos, yo creo que merece la pena arriesgar, porque cada puñetera neurona de mi mente, y cada célula de mi cuerpo, llevan días, semanas gritándome que eres TÚ…. Tú y nadie más que tú.

No tienes que sentir desconfianza, ni miedo, ni celos. Soy tuyo. Lo he dejado ya por escrito en miles de letras, fotos, sentimientos, frases, te he etiquetado en cada una de mis fotos, te he mostrado al mundo, he dicho que existes y que existes dentro de mi, para quedarte y no irte jamás.

Y hoy más que nunca, rodeado de gente que añoraba a alguien que se ha ido, me he dado cuenta que tenemos vida para vivir, vida para sentir amor, vida para brindar por la vida en tu corazón, vida para querer, vida para seguir aquí, vida para saber que no vivo sin ti.

Porque para quererte no necesito tenerte, te quiero libre; conmigo o sin mí. Te ofrezco mis brazos para estar juntos, o te doy mis alas para dejarte volar. Tú decides.

Y las personas que saben de dar abrazos, saben que el objetivo no es rodear a la otra persona con los brazos, si no acercar el corazón propio al otro.

Así que después de un día tan corto y a la vez tan largo, seguiré aquí esperando que me hables, que me llames, que demuestres que te importo un poquito al menos. Seguiré por ti, porque te quiero.

«Todo me lleva a ti, como si todo lo que existe, fueran pequeñas barcas que navegan, hacia las islas tuyas que me aguardan».

archivo-13-11-16-0-13-34

 

Esta foto la vi en internet, y te he imaginado en ella, porque es de tu estilo. Me recuerda a ti. Y mi mente hace el photoshop necesario para ponerle tu cara, tu pelo y tu cuerpo. Me encantas.

Con todo el cariño del mundo, todo el amor del que es capaz de dar mi corazón para ti Tatyana Suñé Rodríguez.

«Pero, en definitiva, ¿Qué es lo nuestro? Por ahora, al menos, es una especie de complicidad frente a otros, un secreto compartido, un pacto unilateral. Naturalmente esto no es una aventura, ni un programa ni -menos que menos- un noviazgo. Sin embargo, es algo más que una amistad.

Mario Benedetti

Hay días mejores que otros. Hay días que tengo pesadillas cuando duermo, y en los que a mitad de la noche me despierto con una fuerte opresión en el pecho.

Supongo que es porque aún es demasiado pronto, y mi mente quiere una cosa pero mi corazón sigue aferrado a otra. No lo sé la verdad. Pero cuando estoy solo aparece ese nudo en el pecho, que sólo desaparece cuando me encuentro en compañía de gente a la que quiero.

Es difícil curar un corazón herido. Es difícil empezar una vida de nuevo cuando has amado. Ese amor te deja señal dentro y es como una herida que duele en algún momento del día durante bastante tiempo.

Yo llevaba unas semanas muy buenas, pero en cambio esta me vienen recuerdos casi a cada segundo, y pese a mis amigos, amigas, y familia, nada hace que dejen de venirme. Echar de menos ciertas cosas, momentos y sentimientos son flashes constantes en mi mente. Por el día y por la noche.

Es más cuando llega la noche, e intento cerrar los ojos es cuando peor lo paso. Es cuando me vienen más recuerdos. Y no sé cómo, pero a pesar de ese veneno que llevaba dentro, sigue pasando. No consigo desconectar esos recuerdos increíbles e intentar dar paso a los malos para que mi mente corte la conexión del todo y mi corazón deje de sufrir.

Doy la imagen de duro, de no llevar ningún sufrimiento, de estar bien porque sonrío mucho creo, pero por dentro, reconozco que no soy tan fuerte ahora mismo. Quererse a uno mismo ayuda, incluso reencontrarse con quien era, encontrar mi yo perdido me ha ayudado bastante, e incluso mi tratamiento médico me está ayudando a encontrarme mejor físicamente. Pero nada de todo eso es una cura milagrosa para el corazón de alguien que ha amado.

A veces intento ponerme en la situación de otras personas para saber como sienten lo que yo intento sentir, para ver si su manera de sentir es otra o su manera de pensar. A veces me intento poner en la mente de la otra persona para ver si en algún momento del día siente lo que yo, para no sentirme totalmente idiota por sentir lo que siento.

Es difícil amar a alguien y no echar de menos. Es muy muy difícil cortar de raíz esa conexión. Al menos para mi. Incluso con todas las mentiras que se han dicho de mi, y mi situación, es difícil curar un corazón herido.

Hay gente que es capaz de chasquear los dedos y hacerlo, pero yo… me resulta imposible. No sé si es que estoy hecho de otra pasta, o simplemente que salí defectuoso. Tampoco lo sé.

Jamás he deseado mal a nadie, y ahora mismo tampoco lo deseo, a pesar de que haya gente que crea lo contrario, yo no soy capaz. Me intento obligar pero para qué? En el mismo momento que me obligo, es que realmente no quiero hacerlo, y si no quiero hacerlo es que de corazón hago las cosas solamente.

Me considero buena persona, y la gente que me conoce también me suele ver así. Me gusta ayudar a todo aquel que lo necesita sin pensar en las consecuencias que pueden traer los actos sobre mi, y supongo que en algún momento la vida me recompensará por ello, curará mi corazón, y me devolverá la sonrisa plena.

Porque pasan los años, y el ciclo se repite. Y necesito sonreír plenamente, vivir con tranquilidad, sin daño ni beneficio, simplemente vivir.

Construir un mañana sentando las bases cada día. No importa cuanto me cueste. Pero nuestros actos de hoy definirán quienes somos mañana.

Ser una persona humilde, que trata con alegría a sus semejantes, sin intereses ocultos, sin falsas verdades y dando el máximo de si hasta donde lleguen sus fuerzas… eso es construir un mañana digno de recordar.

Soy raro. Lo sé, y lo admito. Me cuesta mucho más que antes decir lo que siento. No puedo fingir un te quiero, y no puedo tener sexo con alguien que no sienta amor. Para el momento actual que nos encontramos de la humanidad no pego nada. Me lo dicen una y otra vez, pero no puedo evitarlo, tiene que haber algún motivo por el que nací así y me convertí en lo que soy.

Espero que llegue el día en el que descubra dicho motivo.

A sabiendas de lo que he sufrido, y viendo lo que me cuentan cada día, de las cagadas que veo que como pollo sin cabeza están haciendo en mi ausencia, soy tan gilipollas que si me lo pidieran  volvería simplemente por ayudar, porque supongo que realmente estuve locamente enamorado. Y el amor, el de verdad, jamás se olvida.

Como dice mi padre, no tiene un hijo tonto, lo tiene gilipollas, porque una cosa es ser bueno, y otra lo que soy yo… que no debe tener calificativo exacto.

Pero como en esta vida sólo existen los que caminan por ella y los que dejan huella, prefiero intentar dejar huella, una huella positiva para que el día de mañana se me recuerde por algo bonito, que simplemente andar el camino sin importar a nada ni a nadie.

Yo he llegado a la conclusión que no voy a desear mal a nadie. Da igual lo que me hayan hecho. Da igual el pasado o el futuro, al final, ese mal que deseamos te envenena, y no te deja desconectar ni seguir a delante. El tiempo para bien o para mal hará su trabajo, y pondrá cada cosa en su sitio, pero sólo una persona que sea capaz de ver el vaso medio lleno en cada momento de su vida, podrá aspirar al máximo y las sensaciones, sentimientos, los mismos sueños, traerán cosas positivas a tu alrededor.

Y recordad, querer, es poder.

Siempre ha sido así, y siempre lo será.

 

«La vida es como el eco. Lo que das, recibes. Lo que siembras, cosechas. Lo que ves en otros, es tu propio reflejo.

Recuerda, la vida es un eco. Siempre regresa a ti.»

Hoy es uno de esos días en el que no consigo entender nada. Me he enterado de cosas que por más que las pienso y las intento razonar, no alcanzo si quiera a empezar a comprender.

Cuando la vida se desmorona y todos los mecanismos de tu mente se caen a pedazos, es cuando más inútil me siento.

Hoy es uno de esos días. Enterarme de que alguien llevaba una especie de doble vida, me ha dejado en shock. Cuando personas de tu entorno, amigos, familia, te lo cuenta, una y otra vez, mi mente se queda completamente en blanco, como digo en shock.

Hay ciertas cosas que si me esmero, podría llegar a comprender. Pero hay otras, que por más que pueda llegar a entender la mente humana y el razonamiento lógico de las cosas, no hay manera. No lo consigo.

Sé que cuando amamos a alguien, nos volvemos ciegos, pero tan tan ciego, no me lo esperaba de mí. Nunca antes en mi vida me había pasado esto. Pese a cometer errores, crear silencios, y no querer gritar al viento que la mayoría de las cosas las sabía porque me las contaban… pero creo que mi mente hizo por bloquearlas, bloquearlas por amor.

Qué verdad es que por amor hacemos cosas incomprensibles. Yo tengo una especie de presión en el pecho hoy, una sensación de impotencia, rabia, miedo, y dolor, mucho dolor. Pese a que llevo muchos días buenos, gracias a la compañía de amigos, y de mi familia, hacía mucho tiempo que no sabía lo que es estar sólo, y pese a que siempre he presumido, de saber estar sólo, ahora mismo, no consigo estabilizar mi corazón para comenzar a curarlo.

Supongo que es la incomprensión total a la que me refiero, y el misterio que rodea toda mi situación. No creo merecerme lo que me está pasando, la verdad. Y pese a que todo el mundo me dice que esté tranquilo, no puedo evitar tener miedo.

Tengo 37 años, y sinceramente, es la primera vez que tengo miedo de verdad en mi vida. Y es una sensación que me ahoga, que no me deja respirar. Por las noches tengo miedo de que mi mente desconecte, y no se despierte de nuevo.

No sé realmente de dónde saco las fuerzas cada nuevo día, porque a pesar de los ánimos de mi hermano, que cree en mi ciegamente, de todos los amigos que cada día se preocupan de mi estado, y de que cada uno de ellos intenta abrirme los ojos con palabras sinceras, yo creo que mi mente, aunque me lo niegue, sigue en un estado grave de shock.

Supongo, que veinte horas de calabozo inmerecidos, realmente me dejaron una huella más grande de la que creía.

Creía que tenía un carácter a prueba de todo, que nunca volvería a sentir miedo, que podía con todo al fin y al cabo. Pero no es así. Lo único que jamás me esperaba por mi lucha por hacer el bien, y por mi juramento en defender el bien, pues me tocó a mi. Y esta situación aunque me lo niegue, poco a poco, me va consumiendo por dentro.

No encuentro ahora mismo motivos reales para seguir andando el camino. Pero sigo caminando, y no sé de dónde saco realmente esas fuerzas, ni de dónde saco el carácter para no desmoronarme a cada paso y seguir luchando.

«Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma».

Intento mostrarme feliz en las fotos, acompañado, quizá exaltado y con fuerza, poderoso, intento dar una imagen, que realmente es falsa. No sé porqué lo hago, quizás por que me da vergüenza que la gente me vea en esta situación. Me da vergüenza que me vean llorar por las noches, y que piensen no se qué de mi.

Cuando has amado a alguien, e intentado darlo todo por ella, y te enteras de todo lo que ahora sé, es como si te rasgasen el corazón con un cuchillo, y cada mitad la volvieran a dividir en dos, una y otra vez.

Es curioso que un sentimiento tan positivo como es el amor, sea capaz de destruirte desde dentro, y afectarte a la salud, a la mente, a tu día a día, eliminando cada atisbo de esperanza por salir a delante.

Nunca he deseado mal a nadie, ni ahora mismo lo deseo. Pero esta vez parece que todo el mal contenido, me lo han deseado a mi. Y de verdad. No lo entiendo. Me encantaría volver a atrás y hablar las cosas. Me encantaría decir, lo sé todo. Ahora explícame tú.

Espero que haya un mañana, ser mejor persona. Reconstruir una versión de mi mismo mejorada, con más fuerza y una mente menos débil, y sobre todo que sea capaz de identificar los fallos y los errores antes de provocarlos o sufrirlos.

La vida te pone delante unos retos increíbles. Sin duda este, es el más grande con el que he topado. Y de verdad, estoy cansadísimo de luchar. Llevo años luchando a cada paso que doy, y hasta el mayor guerrero llora, y no llora por no ser fuerte, si no porque está cansado de serlo.

Sólo deseo que mis padres no vean mi final, y que haya un mañana para todos nosotros. Siempre pensé, que mi vida sería de otra manera. La constante lucha a cada paso que doy, me supera.

Supongo que necesito cambiar de vida. Irme lejos y no volver. Desaparecer y construirme de nuevo. Ahora mismo es una idea, o un proyecto de idea. Pero a este paso, no dentro de mucho será una realidad, porque días como hoy, sinceramente no puedo más.

Me imagino que en otra vida he sido alguien malvado. Que he hecho cosas monstruosas, y que estoy pagando en las sucesivas vida que me queden esta vida anterior. Porque si no no lo entiendo.

En absoluto.

Y a pesar que me digo que el ave fénix siempre resurge de sus cenizas, esta vez, creo que me va a costar un poco más en echar a volar.

Y este no es un escrito triste, ni mucho menos, es una manera de sacar esa hinchazón que tengo en el pecho, y no para que la gente me lea, como muchos pensarán, o para hacérselo llegar a alguien en cuestión, ni mucho menos tampoco. Es porque hay veces que nuestro propio corazón, por muy fuerte y grande que sea, no es capaz de aguantar tanta presión.

No escribo para los demás, escribo para mi. Porque necesito soltar esto, porque a pesar de que he hablado miles de horas, ni la terapia más costosa me provoca la sensación de liberación que es sentarse aquí en el sofá y encender la pantalla y comenzar a teclear.

A veces me resulta curiosa mi manera de evadirme y soltar lo que llevo dentro. Nadie se la espera al verme. Siempre me han dicho que doy otra imagen distinta. Pero bueno es lo que soy. Escribo cuando siento, y ahora quizá sienta demasiado, y mi mente quiera escribir miles de líneas.

Y divagando o no, porque realmente no sé si lo estoy haciendo, lo único que sé, es que siento miedo, mucho miedo.

No sé cuánta gente me leerá, no tengo ni idea, ni lo pienso, pero por cada persona que lee los cientos de entradas que escribo, os digo que espero y deseo, que nunca jamás sufráis por amor, ni paséis por lo que yo estoy pasando ahora. Elegid bien, y por favor, siempre que podáis, hablad con vuestras parejas, no os calléis nada, absolutamente nada. Lo que sea que sintáis, decidlo. Más vale hablar pronto, que callar tarde.

Porque ni el amor a veces es capaz de reinventarse cuando una época de silencios ha imperado. Es poderoso si, pero hay algunas barreras, que quizá no lo paren, pero si lo vayan apagando.

Agradezco en el alma a cada persona que me lee, que le ha dado a me gusta o se ha hecho seguidor, agradezco cada vez que veo que alguien me visita, aunque llegue por error después de un mal click en su navegador, pero de verdad, y de corazón, agradezco cada vez que veo como una persona más ha leído una parte de mi.

Porque eso, es lo que me hace no sentirme realmente sólo aquí por las noches y provoca que quiera seguir escribiendo.

El amor es complicado. Es un sentimiento poderoso, es algo increíble, pero hay que cuidarlo. El amor es para gente con garra. Gente que se quiere a si mismo y a los demás, gente capaz de todo, personas especiales que anteponen la salud de quien ama a la suya propia. Estoy convencido que el día de mañana, si hay un paraíso en el más allá, ese será el sitio de quien sepa amar de verdad.  Amar sin barreras.

Así, que como casi todo el que me lee, es por que siente amor, miedo, ilusión, sueña, llora, ríe, vive… Agradezco enormemente vuestra compañía. Desde aquel lugar de nuestro amado planeta desde donde me leáis.

«Cuando la gratitud es tan absoluta, las palabras sobran.»

A veces sentimos demasiado. Sentimos con todo el corazón con tanta fuerza que cuando respiramos es como si doliese, como si luchase por salirse del pecho y un nudo en la garganta se lo impidiese.

Yo me encuentro en esa situación ahora mismo. Siento, pero siento demasiado. Hace unas semanas no sabía a que se debía esta situación. Sentía algo raro dentro de mi, algo que fue creciendo en la distancia, pero no sabía identificar.

Pasaron las semanas y ese sentimiento se multiplico dentro de mi pecho, y comenzó a dominar mis sentidos, mis pensamientos, y sobre todo mis sueños. Sentía cada vez más algo que no fui capaz de poner nombre hasta hace más bien poco.

A veces sentir tanto duele, sobre todo si es un sentimiento de amor hacia alguien y no eres correspondido, o no de la manera que tu deseas. El amor provoca dudas, miedos, incertidumbre, te hace un lío, y puede que te sobrepase si no te sientes preparado. Es algo que nos ha pasado a todos alguna vez. De nosotros depende salvar todos estos obstáculos. Depende en gran medida de nuestra actitud en la vida, de como vemos a la otra persona, y de nuestras ganas de «complicarnos» un momento tranquilo de nuestra vida.

Pero a pesar de toda esta complicación de llegar a sentir amor por alguien, yo creo que el riesgo merece la pena. Tenemos más que ganas que perder. Porque si es auténtico, si es real y verdadero, si es un sentimiento de amor verdadero, si sentimos que tenemos delante al amor de nuestra vida, las reglas cambian. El riesgo no está a la altura del resultado final. Pero claro, cómo podemos saber si se trata del amor de nuestra vida… ese es el verdadero problema… y si es un@ más en el camino? Y si no resulta como lo soñamos y nos hace más mal que bien?

Queremos ser feliz. Perseguimos la felicidad y nuestros sueños, si, pero ser feliz realmente no es tener una vida perfecta, ni una pareja perfecta. Ser feliz es reconocer que la vida vale la pena vivirla, a pesar de todas las dificultades que se nos van encontrando. El amor, el amor verdadero no debe ser una de ellas.

Todas nuestras dudas, todos nuestros líos mentales deben ser despejados. Debemos confiar en quien nos ama. Y el amor no se demuestra con palabras, pero si con sentimientos. Debemos ser capaces de transmitir ese sentimiento a la otra persona, sea cual sea la distancia que nos separe, o el momento en el que nos encontremos. Debemos hacer sentir a la otra persona que es todo nuestro mundo. Sentir una vez más, todo esta relacionado con sentir.

«Las personas podrán olvidar lo que tú dices… olvidarán lo que tú haces… pero nunca olvidarán lo que tú les haces sentir…»

Volver a sentir que alguien te espera. Que está deseando que pasen las horas para verte. Estar contigo. Explicarte las cosas que le pasan por la cabeza. Y que te pida tu opinión. Que necesite tenerte. Pero tenerte hasta vaciarse contigo y no dejar nada para mañana. Que te provoque. Que te busque. Alguien que, aunque te tenga sentado a tu lado, está pensando en ti.

¿No es eso increíble? Es una sensación maravillosa si sentimos eso por alguien y somos correspondidos. Entonces… ¿Porqué ese miedo? Somos tan complicados. Y yo no soy perfecto, sé perfectamente que he cometido errores, pero cuando quiero, quiero de verdad. Quizá por el camino meta la pata, quizá no sepa reconocer a tiempo que me estoy enamorando, o que estoy enamorado. Quizá haya confundido sentimientos debido al momento en el que me encontraba… pero una vez que soy consciente de ellos… porqué dudar de mi, porqué tenerme miedo? Te quiero. Todo mi cuerpo lo sabe, y todo él es consciente de este sentimiento, y grita a cada segundo porque el tuyo se dé cuenta de lo mismo.

No sé como hacértelo saber, no sé como comunicarme contigo para poder llegar dentro de ti y que cojas el teléfono y me llames. No sé la verdad que hacer. Simplemente me guío por impulsos que salen de mi corazón. Y el principal de todos ellos es no cejar en mi empeño de demostrártelo cada día hasta que al fin te lo creas y la duda y el miedo desaparezca.

Estabas hecha un lío y ni tú misma te entendías me dijiste. Pero si estás hecha un lío, es porque había sentimientos. Los mismos que tenía yo. Y ahora que somos conscientes de ellos, porqué seguir así..? porqué seguir separados cuando todo está a nuestro favor y nada en contra. La vida es nuestra, el tiempo está ahora a nuestro lado.

Me decía un amigo:

«Hasta la persona más enamorada se cansa de mover montañas por alguien que no mueve ni una sola piedra».

¿Pero sabes qué? Un hombre que merece la pena no es el que te deja ir porque mereces algo mejor, es el que lucha por ser lo mejor para ti. Y yo soy de ese tipo de hombres. Una vez no lo fui, pero ahora estoy seguro de poder serlo.

Y yo soy esa persona que todos los días quiere hacer algo por ti. Llamándote, escribiéndote, buscándote, teletransportándose o como sea. Lo mejor en la vida nunca se planea, siempre sucede. Y tu sucediste.

Sin lugar a dudas sucediste de la manera más inesperada. Hiciste crecer algo dentro de mi que me hizo recordar como volver a sentir.

Y no eres sólo a quien extraño en la madrugada, en mis ratos de soledad delante de la pantalla, viendo series o jugando a la consola con amigos. Eres a quien extraño a las tres de la tarde cuando estoy en medio de mi familia recordando a alguien que se ha ido, y de pronto me detengo y pienso: «Ojalá estuviera aquí, o yo estuviese ahí, o tan sólo estuviéramos juntos.».

Así que una vez más te pido que te arriesgues, porque lo bueno siempre comienza con un poco de miedo.

Soy un indeciso Tatyana, pero a ti te tenía claro.

Y es irónico, que si ignoras, te buscan, y si buscas, te ignoran.

Yo siento esas ganas locas e irrefrenables de decirte que me abraces, que no te voy a soltar jamás. Que no hay lugar que me sienta más a gusto que entre tus brazos.

Voy a amarte por todos los hombres que te amaron, los que quisieron amarte, y por los pocos que creo que amaste. Pero más que nada voy a amarte por los que no te supieron amar, como yo te amo.

Así que por favor Tatyana, dame tu mano que quiero demostrarte que hay alguien en esta vida que no te soltará.

Quiero lo mejor de ti, pero también lo peor. En realidad lo quiero todo. Lo que te hace soñar, lo que te hace sentir, lo que te hace vibrar, y hasta lo que te hace insoportablemente tú. Lo quiero todo porque vive en ti, en ese remolino de luz que alimenta tu alma.

«Que alguien te haga sentir cosas sin ponerte un dedo encima, eso es admirable».

Dedicado a Tatyana Suñé Rodríguez con el único deseo de hacerte sonreír y de algún modo, sentir.

Cuando el mundo duerme, o muchos se levantan para ir a trabajar, o siendo viernes llegan a casa tras pasarlo por ahí, queda un pequeño y poderoso grupo de personas repartidas por todo el mundo, que no podrán acostarse hasta que sepan que su Alma Gemela, con la que sueñan día y noche, llegue a su casa y descanse sin peligro alguno. A veces no hace falta ni un mensaje ni llamada, es una conexión entre dos almas que no tiene lado racional.

Simplemente se sabe, y cuando esa percepción llega a mi mente, esta por fin se apaga y ordena al cuerpo que se vaya a dormir. No sé como explicarla con palabras, esa sensación de seguridad, que me provoca no creo que sea de este mundo.

Últimamente me siento mucho más aquí a escribir, a soltar mis manos comandadas por mi pensamiento, son sentimientos, y muchos pensareís que son iguales, y en cierto modo tenéis razón. Pero cuando tienes eso dentro que tengo yo, y eso otro más dentro aún, que pide a gritos salir, esa necesidad por sentir el Amor Verdadero, libre de todo mal y veneno, comprenderíais las ganas de ser feliz que tengo.

Pasan los días y los años, y todo en mi vida sigue igual. Puede que cambie mi aspecto interior, pero mi lado soñador no creo que jamás se quede atrás, lo tengo demasiado dentro de mi arraigado.

Y esas fuerzas que ya me pregunto de dónde nacen, y cúal es su motivo, aunque he dicho que están flaqueando últimamente, vuelven a resurgir como el Ave Fénix vuelve de las cenizas. Pero me hago mayor y a veces me pregunto, si merece la pena esperar a un sueño, esperar y esperar a que se dé cuenta que quizá para el mundo sea sólo una persona, pero para mi es y sería todo mi mundo. Tengo miedo de que se de cuenta de todo esto tarde, o peor, nunca, y que el día de mañana me vuelva a encontrar delante de ella y no sienta nada. Tengo ese miedo, porque jamás he tenido tanta seguridad de ser el Alma Gemela de nadie.

Y como no soy perfecto, sé que puedo equivocarme, y ese miedo a veces provoca que me de corte llamarla o escribirla, o no aguantarla la mirada cuando la tengo a menos de treinta centímetros, porque me da miedo que através de mis ojos lea todo mi mundo, que en resumidas cuentas, es ella.

Eso me podría volver frágil, muy frágil, porque aunque tengo un aspecto exterior de persona fría y dura, tengo demasiado sentimiento dentro encerrado en cambio. Y me da aún más miedo lo que pasa y pasa hoy en día, que cuanto más te muestras a una persona tus sentimientos, ésta por miedo, por lo que sea, no te ve como tú a ella.

Es la tónica general de lo que veo en muchas personas, y en el fondo ese es mi miedo, y mi mayor debilidad, esa timidez inexplicable que me produces cuando te tengo delante, esa sonrisa tonta, y ese no saber que decir por miedo a no acertar. Esa vulnerabilidad que me provocas, como el Talón de Aquiles en mi persona, es mi lastre, con el que lucho día y noche cuando cojo mi móvil, cuando quiero llamarte y me da miedo…. total, que no me entiendo ni yo, tan valiente para casi todo, y tan cagón para esto.

Y no haber ido por ejemplo todavía a verte es parte de ese corte, esa debilidad mía, que me produces, que espero superar pronto, para poder vencerme a mi mismo, porque dicen que una vez que comprendemos que nuestro mayor enemigo somos nosotros mismos, en ese preciso momento, seremos capaces de vencer todas las batallas.

Y son las 06:10 de la mañana de un sábado, y estoy aqui en mi sofa delante de mi IMAC, escribiéndote estas palabras cuando sé que estarás prácticamente recien acostada, no sé porque hago esto, porque hablo a mi ordenador con mis dedos, y no sé siquiera si te gusta leer lo que lees, pero el cuerpo me pide hacerlo, siempre antes de acostarme, porque es como si esto formara parte de un ritual, que me encaminara al mundo de mis sueños donde tú eres la protagonista día tras día.

Y esta sensación ahora que lo pienso, esta sensación de romántico empedernido, me hace que me cueste decirte todo esto, porque me hace sentir distinto, un bicho raro, débil y poco varonil, no sé, es lo que me ha venido ahora a la cabeza, supongo que esta manera como dicen mis compañeros cuando han leído algo, de mariconada a veces me envuelve y me hace pensar que no es lo que te gusta, y me da aún más corte mostrarme así como soy, delante de la gente.

Creo que me he creado una fachada, un escudo o disfraz de persona dura, ayudada por mi cuerpo, para que la gente nunca sepa a primera vista que soy como soy, una persona sensible y cariñosa que solo desea que su Alma Gemela la ame por el fin de los días.

Llevo más de un año sólo sin nadie, acompañado por mis perros, pocos amigos, los necesarios, y nada en todo este tiempo, ha sido capaz de de eclipsar en mi mente el brillo de tus ojos. No sé como Rocío, ni porqué misterio del Destino, me ha pasado esto contigo, porque jamás hubiera pensado que sería capaz de estar tanto tiempo soñando con la misma persona sin saber como saben siquiera sus labios. No sé qué tienes, bueno sí, lo sé, ya te dije que tu en otra vida seguro que fuiste un Angel, pero no sé como lo haces, con tu hiperactividad, con tu no parar día tras día,  como eres capaz, de meterte cada noche en mi mente y formar parte de lo más puro de una persona, de sus Sueños.

Espero descubrirte completamente un día, sin miedos, sin esas confusiones que te produce no sé qué, con la persona que tu eres, cariñosa, alegre, inteligente, sensible, romántica, pasional, con esa clase que te caracteriza y que cautiva miradas, y esa pasión en la mirada, carácter de fuego, que hace que hayas grabado tu nombre en fuego en mi alma.

Una vez más, otra noche distinta que estoy aquí dedicándote una pequeña parte de mis sentimientos, una muy pequeña de todos los que sería capaz de ofrecerte.

Te deseo un dulce despertar Rocío. Con cariño de Jorge.