Posts etiquetados ‘una sonrisa’

Este contenido está protegido por contraseña. Para verlo, por favor, introduce tu contraseña a continuación:

Un día conoces a tu todo. El todo que te hace soñar, que convierte tus martes por la mañana en sábados por la tarde.

Esa persona con la que no tienes secretos, por la que andarías kilómetros, pero a su lado.

Que aunque se vaya y pasen mil personas más por tu vida, nadie puede reemplazarla, nadie te hace temblar igual.

Y pase el tiempo que pase, la recuerdas. Tu cabeza la recuerda. Y tu corazón no piensa en otra cosa.

Eres la magia sin trucos, el fuego que cura lo que miras, la verdad desnuda de mentiras. Eres el verbo que mejor se conjuga con todos mis tiempos. Eres la suma de todo lo que me niego a restar de mi vida.

Eres mi maravilla tuya que me prestas sin pedir devoluciones. Eres naturaleza viva, el silencio antes que el rayo.  No le temes a la lluvia, la transportas. Y no huyes de las tormentas, las provocas.

Eres acero, y miel y carne (por suerte carne), y fuego que no se apaga por más que le llueva mi deseo.

Y sonrisa de planeta, y coño de galaxia, y boca de tornado, y esa paz de las que no se arrepienten en la vida. Eres aquello que me hace sentir vivo.

Eres la persona que no me necesita para nada pero que me quiere para todo.

Eres aquella persona con la que sueño, la protagonista de todas mis fantasías. Eres morbo, pasión infinita, deseo desenfrenado, eres locura, eres advenimiento, eres un sol que aparece cuando la tormenta se desata. Eres mi calma, mi tempestad, eres aquello que provoca la armonía en mi mente.

Eres música para mis oídos, eres arte para mis ojos, eres la brisa que estimula mi piel.

Eres la estrella que me guía, una la luz que ilumina mis noches.  Un faro en la oscuridad más profunda. Eres mi motivo, eres todos mis motivos. Eres la razón de mis sentidos, eres el don de mi alma.

Eres tú. Si, tú. Tú lo eres todo. Tú encadenas cada paso que doy, tú eres quien me orienta en el camino de la vida.

Eres cada una de mis palabras, todas mis letras unidas en un verso. Eres todos mis silencios, cada imperceptible sonido que tu cuerpo produce al moverse. Eres el motivo de cada una de mis caricias, eres la diana de todas mis miradas.

Eres mi guiño, eres mi silueta, eres esa imagen que busco entre la gente.

Eres mi Destino, eres mi pasado, eres mi presente, y serás mi futuro.

Todo eso eres.

Ahora sabes porqué te quiero.

Es de noche, me iba a la cama ya, pero antes me entraron ganas de sentarme aquí, encender el portátil, darle al icono de Itunes y escuchar música. Y es escuchar canciones y me entran las ganas de escribir lo que se me pasa por la mente.

Últimamente me encuentro mejor de salud, parece que el tratamiento por fin está sanando mi cuerpo y también está afectando a mi mente. Creo que el Jorge que se perdió hace años cuando murieron dos personas muy importantes en mi vida está volviendo. Poca gente conoce al Jorge risueño, que siempre quiere alegrar a la gente de su entorno, que mira al horizonte positivo y que nunca deja de luchar por aquello que ama.

Mi cuerpo empieza a funcionar como yo deseo, y mi mente actúa cuando yo se lo ordeno, no duda, no vacila y siente, por fin siente de nuevo, y salen lágrimas de nuevo cuando tienen que salir, salen besos, salen abrazos, salen caricias, pero por fin salen de dentro, desde el corazón. Hacía años que no me sentía así. He tenido que tocar fondo para volver a renacer.

Doy gracias a la Medicina por curarme, pues tenía el cuerpo envenenado, y por ende me encontraba encerrado en mi mismo, y no era capaz de encontrarme de nuevo. Han sido meses muy muy duros, y unas semanas tristonas con nudos  en el pecho y sentimientos, muchos sentimientos muy profundos y fuertes.

Ha sido un fin de semana extraño, pues el viernes lo pasé con un nudo en el pecho enorme, que fue creciendo durante toda la semana. El sábado aún lo tenía. Pero llego el momento de reencontrarme con quien más deseaba, y parece que fue como un toque mágico. Fue verla, tenerla delante, mirar su boca con los labios rojos, tu coleta con media melena, su pelo rubio oscurecido, y sobre todo su sonrisa y su perfume, un perfume que deja un rastro de dulzura hacia su cuello. Y esa sensación de respirarlo, mezclado con sus labios rojos, daban ganas de permanecer en silencio y simplemente besarla y abrazarla.

Dejar pasar los momentos. No pensar, tan sólo sentir.

En ese preciso momento como digo, desapareció el nudo del pecho, porque me di cuenta que ella seguía sintiendo algo muy fuerte por mi.

La noche para mi fue especial. Disfrute de cada segundo, porque no sabía si iban a ser los últimos. Y eso hace especial la compañía, los momentos, prestas atención a los detalles, cada movimiento, cada palabra, te pones nervioso cuando te toca, rozas su brazo con intención de acariciarla, haces lo posible porque en vez de centímetros sean milímetros lo que separan ambos cuerpos.

Es curioso que no dejáramos de hablar en toda la noche y la vez sintiese el deseo de acercarme a ella. Empecé descuidadamente por tocarla el brazo, porque sabía que le encantan las caricias, y en ese momento disfrute de cada caricia que la hacía en su brazo derecho, disfrutaba de cada una de ellas, y de lo más importante, de su continuación.

Hubo un momento que me dio un beso en el cuello, y se me puso toda la piel de gallina. Hay sensaciones, sentimientos que nuestros cuerpos no pueden controlar. Yo tenía el irremediable deseo de cogerla de la nuca con suavidad y besarla como si no hubiera un mañana, pero prefería esperar a que saliera de los dos. A que el deseo de ambos triunfase.

Y bueno, se me hizo corto la verdad, por las ganas que tenía de verla. Intenté desde el primer momento demostrarla que mis sentimientos eran reales, que no era algo pasajero. Pero simplemente no lo hice, no forcé nada, me comporté como soy ahora, como el Jorge que ha vuelto a existir, y simplemente fui yo mismo.

Aún recuerdo su perfume. La fragancia que llevaba se acercaba peligrosamente cada vez más a mi mente, endulzándola, y creando aún un mayor deseo de besarla si cabe.

Y llegó el momento de irse, no eran más de las dos de la mañana, quizá las dos y media. Nos dirigíamos hacia el coche, y tenía ganas de cogerla de la mano, pero era pronto, no era el momento adecuado, aunque ella me cogió del brazo y eso me hizo sentir como un hombre afortunado, que lleva a su lado a la mujer que ama.

Nos dimos prisa en llegar al vehículo, pues estaba lloviendo y hacía frío. Encendí el motor y puse la calefacción, pero como vi que temblaba la abracé para darla calor. Es la sensación innata de querer cuidar a la mujer que amas, y darle tu salud si es que la necesita. Es una sensación increíble. Anteponer tu propio bienestar al de alguien que llevas dentro del corazón, pues es como si te sintieras invulnerable. No sientes frío ni calor, no sientes dolor, sólo sientes ese pequeño placer que es cuidarla, y darle lo que necesita.

Cuando entró en calor, me dediqué a acariciarla aún más rato, escuchando música, hablando de nosotros, de lo que sentíamos, jugando con nuestros rostros, tirando besos a nuestras caras, besos de cariño fundidos con un amor pasado, presente y futuro.

Fue curioso, que durante las horas que estuvimos dentro del coche, porque si, estuvimos cerca de tres horas y media abrazados, tocándonos con la nariz, dando miles de besos en su rostro, acariciando su cara con la ternura de un bebe, y sintiendo cada momento, de tal manera que casi lo memoricé para tener ese recuerdo tan bonito.

No sé porqué, la enseñé unos vídeos de canciones, «Marry you» de Bruno Mars, y el vídeo de una petición de boda americana, en el que un centro comercial entero se pone de acuerdo, con música y baile para que el novio de la sorpresa a la mujer de su vida, llegando a casarse allí mismo, y mientras los veíamos, a mi se me saltaban las lágrimas. No sé si se dio cuenta, pero es que siempre que veo cosas así me salen las lágrimas porque me imagino yo haciéndolas.

Siempre quise dar una sorpresa así. Me encanta sorprender. Es mi naturaleza, y la había perdido. Pero noto como ha vuelto a mi, en mi interior, esa sensación de querer alegrar cada día, provocar una sonrisa de sorpresa, una sensación única cuando es recibida por la persona que amas, es como si esa sensación se te trasmitiera directamente a tu cuerpo y compartierais los mismos sentimientos en ese preciso instante.

«Cada vez que me despido de ti, me muero por dentro. Y cada vez que me reencuentro contigo, siento que estoy en el cielo.»

Me hubiera gustado detener el tiempo por unas horas más. Pues hice algo que hacía años no salía de mi interior, al despedirme, o al menos intentarlo, me dedique a besarla toda la cara, pómulos, nariz, cuello, barbilla, mejillas, orejas, nuca, pero sin tocarla la boca, cientos de besos dulces, como si besara a un bebe con extremo cuidado, despidiendo mi amor en cada roce con su piel, sintiendo su cara, deseando transmitirla lo que yo sentía con cada beso.

Me encantó besarla, me encantó esa sensación de volver a ser yo mismo, de volver a sentirme cariñoso, amante, de sentir que ese lado profundamente romántico vuelve a resurgir. Y por fin, beso tras beso de ternura, en varios intentos por despedirnos, nos besamos en la boca. Y me hizo sentir como si fuera el primer beso de mi vida, ese que de joven tanto deseas, que te pone nervioso, pero que lo disfrutas con todo tu cuerpo y mente, que besas con pasión, saboreas su lengua, sus labios, los mordisqueas, juegas con ellos, y vuelves a saborearla. Esos besos de película, esos que marcan épocas, y que son símbolos de puro amor.

Hacía muchos, muchos años, que no besaba así a nadie. Hacía muchos muchos años que no volvía  a sentir esa sensación de no querer irme y seguir besándola como dos chiquillos que se aman.

Y al final nos fuimos a dormir. Yo a soñar con ella con la sonrisa ineludible en mi cara, y ella con una mezcla de alegría y sorpresa, por aquel Jorge que acababa de descubrir.

Fue el mejor día de la semana sin duda. Por fin desapareció el nudo, y por fin me di cuenta que este Jorge, ha vuelto para quedarse y no se va a volver a ir.

«Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio, y coincidir.»

La historia comienza cuando dos personas que ni soñaban con conocerse, terminan encontrándose. En el instante menos esperado, pero en el momento indicado.

Dedicado con todo el cariño de mi corazón a mi dulce Tatyana.

«Si anoche soñé contigo, hoy ya nadie puede prohibirlo.»

¿Por qué nos da tanto miedo sentir? Llega el momento de sentir algo por alguien, o de dejar de sentirlo y parece que se nos representa como saltar a ciegas por un acantilado, sin saber si lo que hay más abajo y es un colchón enorme de plumas o un océano de rocas afiladas.

Siempre es la misma historia en nuestras vidas. Sentir, tenemos la necesidad de sentir. La propia química de nuestro cuerpo está diseñada para que sintamos. Pero una vez que se desarrollan esas reacciones químicas dentro de nuestro cuerpo, y se empiezan a sentir cosas, el miedo empieza a controlar nuestra mente y nuestros actos.

Desconfianza, frustración, recelo, miedo,… enmascarado en muchos sentimientos hacen que nos cueste dar determinados pasos que afectarán a nuestro estado emocional, y a nuestra vida posiblemente.

Muchas veces el riesgo merece la pena el salto, pero muchas veces no conseguimos darlo, no tenemos eso que hay que tener para tirarnos de cabeza al precipicio. Somos seres maravillosos, sentimentales, hasta el hombre más duro llora, y no llora porque no sea fuerte, llora porque quizá lleva demasiado tiempo siéndolo.

Hoy en día nuestro mundo está lleno de sentimientos enfrentados, de gente increíble enmascarada en una foto o un físico. Gente que se esconde detrás de una imagen, y que sencillamente por dentro son gente genial, que aún no han sido descubiertas, y que por a o por b, por el mundo banal y físico en el que nos encontramos, las tratamos de una forma que no es la que en realidad son.

Queda mucha gente extraordinaria por el mundo. Gente que de aspecto es la ostia, y da una imagen de seguridad increíble, pero a lo mejor, si nos molestamos en conocer y profundizar en otros detalles, nos daremos cuenta que por dentro no son como habíamos imaginado. Gente extraordinaria que merece la pena cuidar, mimar y descubrir.

Nos sorprenderíamos en muchas ocasiones de personas que vemos en la redes sociales como facebook e instagram, personas a las que sólo miramos porque son deportistas de élite, hacen cosas grandiosas, o tienen cuerpos esculturales… y sí, hacen todas esas cosas o son increíbles a la vista, pero dentro de ellos en muchas ocasiones existe un corazoncito, que no está descubierto y merece ser cuidado, merece ser respetado, y en muchas ocasiones necesita mucho más amor que el que jamás hubiéramos creído.

A veces hay que cerrar los ojos para sentir. Los ojos, la visión, muchas veces enmascara sentimientos. En el fondo nos da miedo sentir a las personas. A veces podríamos incluso sorprendernos de la persona que tenemos delante y lo que nos podría hacer sentir, con un poco de sentimiento y confianza. Porque de verdad, queda gente buena por el mundo capaz de hacer el bien.

Sin miedo a sentir, hay personas que nos mejorarían incluso nuestra condición humana. Sentir determinados sentimientos nos permite alcanzar la gloria en nuestra vida. Sentirnos envueltos en una especie de nube que diariamente podría llegar a hacernos flotar en alegría y lágrimas de placer.

Somos seres preparados para ello. Y hay que cuidar a esa gente extraordinaria que hay por el mundo escondida detrás de un físico, de unas gafas feas, o de una cara extraña, o de un cuerpo no agraciado, porque todos ellos sin duda tienen algo en común, todos ellos tienen un corazón que cuidar, y la necesidad de sentir.

Y sí, hasta el guerrero más feroz, tiene la necesidad de sentir afecto. No hay nada comparable en este mundo, como el levantarte cada día sabiendo que para otra persona somos su mundo. Sentir que a alguien le importas, o sentir que duermes con alguien y es como si en plena vigilia te observase sin dejar pasar un segundo para que tus sueños fluyesen durante la noche en paz.

Necesitamos sentir más, amar más y confiar más en quien nos ama. Si, habrá desengaños, rupturas y dolor, pero llegará el día que una persona se nos aparezca con el único pretexto de cambiar nuestra vida y hacernos sentir, enamorados, y plenos.

Sentir es maravilloso, hasta cuando el aleteo de las mariposas retumban en nuestro pecho, porque no hay nada más increíble que ver nacer dentro nuestro el afecto y el amor. Madurarlo dentro, sentirlo como crece, como invade nuestras venas y llega a nuestra mente, como cambia nuestro estado, como nos alegra el día, cómo hace que nos levantemos felices, cómo hace que hagamos nuestras tareas sin apreciar que son tareas, cómo salir a comernos el mundo porque hay alguien en nuestro mundo que nos da esa fuerza para afrontar todo lo que se nos ponga por delante.

Sentir hace de nosotros mejores personas, hace de nuestro mundo un mundo mejor.

Cuidad de la gente que veis, no prejuzguéis nada, ni siquiera al vagabundo tirado en un colchón…. también siente, también probablemente haya amado, y al 100 por 100, tiene un corazón como todos nosotros.

Y todo ser con corazón… es capaz de sentir.

Debemos amar con locura, sentir el cómo ese veneno adictivo que es el amor nos controla y nos evoluciona a un estado excitante de pasión y alegría. Debemos sentir. Si queremos que nuestro mundo mejore, sin duda, debemos sentir.

Y que sentimiento hay mejor que el amor… de verdad, si veis a alguien y por el motivo que sea, sincero, os gusta…. ¡Decídselo! ¿Qué tenéis que perder? Puede ser el amor de vuestra vida, y si así es… él o ella sabrá darse cuenta y os devolverá ese amor. El riesgo merece la pena. Porque muchas veces nos dejamos llevar por los miedos del qué dirá, o qué pensará, o yo a él o a ella no le puedo gustar, mira qué feo soy y cómo es ella de espectacular….. sí…. es un mundo físico, pero, ¿sabéis algo? Si la vida me ha enseñado algo, es que el amor verdadero siempre triunfa, y no entiende ni de cuerpos, ni de mentes, ni de abdominales ni de culos, sólo entiende de amor. Y para ese amor, hay que sentir, sentir mucho, con todo tu corazón.

Permaneced alertas, y dejaros llevar, vuestra alma gemela quizá esté sentada delante vuestra. Y debéis estar seguro de lo que sentís, eliminar el miedo de vuestra mente,… y simplemente a veces tan sólo es necesario decir un «hola cómo te llamas», o un «me gustas desde que has aparecido delante de mis ojos».

Si tiene que ser será y si no… sin duda será con otra persona. Pero si tenéis el valor necesario para sentir…. sin duda será.

«Quiero lo mejor de ti, pero también lo peor. En realidad lo quiero todo. Lo que te hace soñar, lo que te hace sentir, lo que te hace vibrar y hasta lo que te hace insoportablemente tú. Lo quiero todo porque vive en ti, en ese remolino de luz que alimenta tu alma.»

 

45qtfbjf

¿Por qué escribo? Sinceramente no lo sé. Me puedo tirar meses sin hacerlo, o sentir la necesidad de sentarme y escribir a todos los días. No sé porqué mi mente funciona así. Sólo sé que pasa.

Tengo la teoría que mi corazón roza sus límites y es la manera que tiene de sobrevivir. Es como si se tratase del sumidero de una presa que sólo se abre cuando se desborda. En mi caso particular el agua fluye en forma de palabras a través de mis manos.

Encuentro cualquier lugar donde ponerme cómodo, me conecto a itunes, escucho música que me haga sentir, abro mi Surface 4, y dejo que lo que sea que llevo dentro fluya sin más.

A veces es bueno y a veces es malo o indiferente pero sea lo que sea me permite respirar y hace que el  nudo en mi pecho desaparezca.

No sé qué lleva a un escritor a escribir, los habrá que lo hagan por dinero y vender libros claramente, y otros que sientan como yo la necesidad de expulsar sentimientos por doquier, sin importar lo que piensen de ellos ni quien lo lea. Yo no soy escritor, simplemente suelto lo que siento tal cual me viene.

Hay quien me dice que se me da bien, que debería escribir un libro, pero a parte que no tengo ni idea de como hacerlo, no es lo que busco realmente. Porque realmente no busco nada. Hoy en día si se trata de amor y lo escribimos, nuestro escepticismo nos dirá que son sólo palabras para conseguir algo, que están semivacías de sentimientos y llenas de intenciones, y si se trata de la vida pensaremos que sólo es alguien contando sus alegrías o sus problemas. Somos un grano de arena minúsculo en un océano de tierra.

Qué nos diferencia entre tanta inmensidad y pluralidad… Creo que lo especial de cada uno brilla entre tanto semejante. Cada uno con sus maneras y motivos, llevamos las herramientas necesarias en nuestro interior para dejar algo de nosotros mismos escrito en las paredes del Destino. Para poder ser recordados. Todos llevamos ese poder de hacer el bien dentro de nosotros. Lo que pasa es que no todo el mundo se conoce lo suficiente a si mismo como para encontrar la manera de descubrirse y usar su poder.

«La escritura es la pintura de mi voz».

¿Cómo me siento hoy? Pues no lo sé. Decepcionado con algunas personas y con otras super contento. Alegre por muchos motivos y triste por otros. Es lo que se dice en equilibrio. Pero conservar ese equilibrio depende de nosotros mismos, no de lo que nos rodea o de las vivencias que nos van ocurriendo.  Pueden ser buenas o malas, podemos ver el vaso medio lleno o medio vacío, pero eso sólo depende de nosotros mismos. De nada ni de nadie más.

Siempre habrá gente que te decepcione. Siempre te ocurrirán cosas buenas y cosas malas. Siempre habrán amores fugaces y amores verdaderos, corazones rotos o corazones heridos. Es nuestra propia naturaleza, no fuimos creados para ser perfectos. Fuimos creados para sentir, para llorar, para amar, para hacer el bien, y por contra también para hacer el mal, un equilibrio cósmico que balanceamos nosotros mismos con nuestras acciones diarias, con nuestra interacción con el mundo.

Fuimos creados para lo mejor y para lo peor, y como repito muchas veces, dentro llevamos consigo todas las herramientas para conseguir lo uno y lo otro.

Habrá personas que sean recordadas por hacer el bien, por su grandeza, habrá personas que serán recordadas desgraciadamente porque fueron capaces de lo peor, y luego habrá un mayor porcentaje de personas que simplemente vivirán sus vidas desde la indiferencia y transitarán el mundo sin conocerse realmente a si mismas y no trascenderán a su propio Destino.

Yo escribo porque siento. Eso lo tengo claro. Y si no sintiera todo lo que siento, no tendría ni motivos ni maneras de estar aquí delante de la pantalla contándole a un sin fin de desconocidos como me siento. Es como si fuera a un psicólogo plural, donde la gente que me lee hace por escucharme, y en el fondo me transmiten una parte de su quietud, de sus sentimientos.

Si, escribo para que me lean, porque al leerme algo dentro de mi se calma. No necesito más que cerrar los ojos y dejar fluir mis dedos. Ni siquiera necesito mirar la pantalla. Me concentro con los ojos cerrados y empiezo a escribir. Nunca suelo modificar una sóla línea, ni vuelvo a releer lo que he escrito, porque pienso que si ha salido es porque necesitaba salir tal cual, desde lo más profundo de mi interior, desde mi corazón.

He estado tantísimas horas aquí delante a lo largo de mi vida. He intentando tantísimas veces demostrar mi amor a quien en su momento amaba, he intentado gritar ¡Te amo! tantas veces a lo largo de mi vida, y mucha de ellas simplemente el receptor ha pensado que tan sólo eran palabras con un fin o un perdón.

Es la historia de cualquier escritor enamorado. Su amada sólo se da cuenta de que estos sentimientos eran reales, cuando el ya no estaba o había desaparecido. No nos ganamos la confianza con una simple palabra. Hoy en día las palabras son sólo palabras si no van acompañadas de actos, y todo porque hay humanos que han abusado de ellas.

Un mundo en el que se predica la perfección, cada vez más carente de sentimientos reales y más lleno de «estados», de selfies perfectas, de falsas alegrías y falsas sonrisas. Todo son «likes», todo son «Me gustas», pero realmente, ¿le importa cómo nos sentimos a alguien? O tan sólo miran nuestro cuerpo, envidian algo que tenemos, o pasan un sólo instante intentando entender, o comprender si realmente lo que mostramos en una foto, estado o frase tiene algún significado para nuestro momento o nuestra vida.

Antes mandábamos cartas, llamábamos por teléfono, nos presentábamos por sorpresa en la vida de la gente; aún recuerdo cuando de joven mandaba cartas perfumadas. Cuando para comunicar como me encontraba a alguien tenía que decírselo cara a cara y no a través de un estado o de una foto.

Era mucho más joven cuando aparecieron los teléfonos móviles y costaban 15 pesetas  mandar un mensaje de texto, ese día, es cuando el mundo de los sentimientos comenzó a desaparecer.

Sólo hay que meterse en redes sociales, instagram, facebook etc, donde un porcentaje muy alto de gente muestra sus progresos, su mejor cara, sus mejores vestidos, sus cuerpos, la perfección que les rodea o en la que se imbuyen, y para mostrar esas fotos probablemente se habrán hecho antes decenas.

A mi me da igual mostrarme feo o ridículo, pues no me considero fotogénico, pero con cada uno de mis estados, de mis escritos, intento llegar a la gente, que me lean, que entiendan algo de mi, que sientan como siento yo, y en la medida de lo posible, hacerles pensar, y/o soñar, evadirse de su día a día.

Cerrar los ojos, y respirar profundamente, que quizá muchos de nosotros al finalizar el día lo necesitemos. Una sonrisa sincera, dice más de cada uno de nosotros que cien estados sociales.

Si de verdad sentimos, si de verdad amamos, si de verdad odiamos, porqué no decirlo. Qué miedo tenemos a dejarnos llevar. Quizá la otra persona desee oír eso de nosotros, o quizá no, pero, ¿merece la pena quedarse con la duda? Es muy posible que perdamos a alguien que queremos si no le decimos como nos sentimos o lo que sentimos por él o ella. Tenemos mucho miedo a sufrir por lo que sentimos pues el daño producido por un amor erróneo es uno de los peores. Es como un cáncer que nos come por dentro y nos incapacita hacia fuera. Si, es así, pero si por el contrario tenemos delante al amor de nuestra vida, y nos arriesgamos…. evolucionara nuestra mente y nuestro corazón a un estado aún no conocido de felicidad y alegría.

Nuestros días serán mejores, nuestras labores más fáciles, y nuestro sueño más profundo. Tendremos fantásticos despertares, y estupendas puestas de sol. Y tan sólo por que un día tuvimos lo que hay que tener para luchar por quien amamos y decirle lo que sentimos. ¿Merece o no entonces el riesgo?

Abriros al mundo, dejaros llevar, dejad las dudas a un lado, y simplemente sentid. La vida nos muestra suficientes detalles que observar y recoger para ver hacia dónde debemos caminar, y con quien debemos florecer. Sólo hay que analizar correctamente esos mismos detalles. Situaciones. Miradas, sonrisas, caricias, besos, mensajes, !incluso estados! Porque a veces si que hay de esos mensajes y estados que se dicen con el corazón, con el único pretexto de llegar sólo a una persona. La persona que nuestro corazón eligió por el motivo que fuere.

No sé porque empecé a escribir, ni cuánto seguiré haciéndolo, pero hoy por hoy, es lo único que hace que mi mente y mi corazón queden en paz. Es lo único que me libera del mundo que vivimos, y de la sociedad que nos ha tocado vivir.

Escribir es una parte de mi, y cuando lo hago es poniendo mis sentimientos en forma de letras. Los entrego al mundo y que el mundo decida que hacer con ellos. Y en ocasiones, los entrego sólo a una persona, aunque el resto del mundo los lea, pero es a esa persona a la que deseo llegar y sentir.

A veces escribo para que alguien simplemente sonría. Para que desconecte su mente y se conecte con la mía. Con lo que escribo, con lo que la quiero hacer sentir. Es tan sencillo como eso. No hay dobles ni triples intenciones. Sólo sentir y sonreír.

Seduce mi mente y tendrás mi mente. Encuentra mi alma y seré tuyo para siempre.

«Escribir es la manera más profunda de leer la vida».

 

Hoy no voy a hablar del amor. No voy a intentar convencer a nadie de lo que siento o de lo que padezco.

No me merece la pena ahora mismo. Hay que aceptar las cosas como son, y a las personas con sus pensamientos. No soy quien para intentar cambiar a la gente, o cambiar lo que llevan dentro. Tampoco tengo que convencer de mis sentimientos a nadie.

Hay cosas que no necesitan demostración, pues es el tiempo el que da la razón, o la quita. Con el tiempo todo se descubre, las mentiras más ocultas, las razones más ciertas y los amigos más falsos.

Estoy harto. Más que harto de ser buena persona. La vida no te recompensa por hacer las cosas bien, y pensar más en los demás que en uno mismo. Estoy harto de intentar demostrar como soy, de intentar hacer cosas buenas. Harto de tener nudos en el pecho, harto de intentar demostrar a quien quiero que he cambiado, o que soy «así o asá».

No me lleva más que al debatir continuo de mi mente. Y mi mente en momentos así como le decía a mi buen amigo Kike hace unas horas, quiere irse lejos, muy lejos. Este mundo no está hecho para gente buena. Veo triunfar el mal a cada paso que doy, en mi trabajo, a mi alrededor,… y el fin no justifica los medios…. o ¿si? Pues muchas veces sí. Lo podemos ver a diario, en las noticias, en programas de televisión, en la prensa.

Es un mundo dominado por los miedos, miedo a enamorarse, miedo a confiar, miedo a lanzarse, miedo a decir lo que piensas, miedo a demostrar que eres humano y tienes sentimientos, miedo y más miedo. Cometemos errores a diario, pero normalmente aprendemos de ellos, evolucionamos, o empeoramos… no todos somos iguales.

Pero hoy, el nudo en el pecho ha quedado estacionado. Y me cansa ver lo que veo, sentir lo que siento. Hoy más impotencia que otra cosa. La gente que falla, la gente que sufre y no puedo hacer nada para evitarlo.

A veces desearía tener el poder de arreglar la vida de todos, y que todo el mundo fuera feliz. Pero no puedo cambiar lo que soy. He cometido muchos errores a lo largo de mi vida, en el amor, y en mi día a día. Errores que me han hecho aprender y madurar. Pero madurar no significa que no los sigamos cometiendo. Quizá madurar nos ayuda a pensar antes de actuar, y en mi caso actuar con el corazón. No puedo evitar ser buena persona con mis semejantes, pero días como hoy, mi corazón parece que quiere salirse del pecho.

Cada vez creo menos en la gente que me rodea. La vida me hace guardarme ases en la manga, y no me entrego igual a la gente, siempre guardo un grado de desconfianza. Y eso es algo que me jode. Yo antes no era así, pero es el único modo de no llevarme los ostiones que me llevo.

Sé que queda gente buena por el mundo, sin maldad. Gente que nunca te traiciona. Gente que vale su peso en oro, y que lo daría todo por cada uno de nosotros, simplemente por el mero hecho de hacernos sonreír.

Yo soy alguien que necesita sentirse amado. Pero a la vez necesita amar. Me nutro de las sonrisas, de los buenos sentimientos y de la alegría. Y quizá en días como hoy me falte un poco de todo. Es como si algo se hubiese tragado mi esperanza, mi alegría, mi yo auténtico.

Y estoy aquí tumbado, oyendo la canción «Bullit» de Watermät dejando fluir las palabras.

De verdad, no soy mala persona, no soy infiel, no me gusta mentir, lo doy todo por mis semejantes, pero porque nadie me pregunta que tal me encuentro? Porque mucha gente da por sentado que soy mala persona si no hago esto o lo otro, o que si no lo hago es mentira porque estoy ocultando algo, desconfianzas y más desconfianzas… y a pesar de ser tan grande y «tan fuerte», porque la gente no ve que tengo un corazoncito como todo el mundo, que sufre, llora, y palpita. A veces sólo necesito un «¿que tal estás?, o ¿cómo te sientes?…. este fin de semana pasado murió mi última abuela, y a mi padre le están dando quimioterapia de nuevo, y puedo contar con los dedos de la mano las personas que me han preguntado si necesito algo o qué tal estoy.

¿Tan duro se me ve? ¿Tan carente de sentimientos? Sé que soy un hombre, y que hoy en día los hombres con mi aspecto son golfos, chulos, viva la vida, y muchas más cosas a mi parecer negativas… pero no es mejor molestarse en conocer… antes que dar por sentado todo?

Ahora estoy aquí escribiendo llorando, llorando de impotencia, imaginando cosas yo solo con mi perro tumbado al lado mío. Siento como si el corazón quisiera irse de mi pecho, y volar. Siento impotencia, me siento renegado a un mundo que no va conmigo.

Ni diciendo que quieres a alguien con todo tu corazón haces una buena acción. Ni siquiera se lo cree. Ni diciendo que lo has dado todo por un amigo cuando todo el mundo le daba de lado hace que se quede contigo y te ayude cuando tu lo necesitas.

Estoy cansado de mi aspecto, estoy cansado de ser como soy, pues no me recompensa nada en mi vida. No sé si soy guapo, sé que soy grande y llamativo debido al puto deporte, pero hay días como hoy, que hubiera preferido ser mi perro Dante, o ser una persona normal, con tamaño y físico normal, de esos que pasan desapercibidos entre la gente, de esos que nadie cataloga por nada.

Hay días como hoy, semanas incluso, que es mejor que acaben cuanto antes. A veces me gustaría desaparecer, parar el tiempo  e irme a un sitio muy lejano, y ver quien me echaría en falta. Me gustaría saber cuánta gente se acuerda de mi.

La gente buena hoy en día no está valorada. La gente buena sufre, y nadie hace nada por evitarlo. Ya no sé cómo hacer las cosas para hacerlas bien, porque haga lo que haga me sale al revés. En el amor, en la vida en si.

Y a pesar de todo, a pesar de contaros todo esto, de tener días malos como el de hoy, siempre me seguiré gritando para mis adentros cosas como esta:

«Ama tu jodida vida. Toma fotos de todo. Dile a las personas lo que sientes por ellas. Habla con extraños. Ofrece tu sonrisa a cada humano con el que interactúas. Tu sonrisa es la mejor carta de presentación que posees. Trata con educación a tus semejantes, la misma que tu también mereces. Contagia tu alegría. Ama sin miedo. Da todo el amor que tu corazón pueda ofrecer. Llora cuando lo necesites. Lucha sin parar por tus sueños y la gente que amas. Viaja. Haz cosas que te den miedo hacer. Y si alguien dice algo, ¡qué se joda! Al final estaremos muertos y nadie recordará lo que hicimos; así que toma tu vida y conviértela en la mejor historia del JODIDO MUNDO. No desperdicies esto.»

Y desde mis adentros…. resurjo en el amanecer de un nuevo día.

Ek mis jou, I miss you, Ich vermisse dich, اشتقت لك, Galdu dut, Я сумую па табе. আমি আপনাকে মিস, Липсваш ми, Et estrany, Stýská se mi po vás, 我想念你, 我想念你, 나는 당신을 그리워, Nedostaješ mi, Jeg savner dig, Cnie sa mi po vás, Pogrešam te, Ma igatsen sind, Miss ko kayo, Kaipaan sinua, Tu me manques, Eu sinto a súa falta, Μου λείπεις, Mwen manke ou, אני מתגעגע אליך, मैं तुम्हें याद आती है, Ik mis je, Hiányzol, Aku merindukanmu, Is fada liom uaim tú, Mi manchi, あなたがいなくて寂しいです, Ego te requiro, Es tevis pietrūkst, Aš ilgiuosi tavęs, Ми недостасуваш, Saya terlepas anda, I miss inti, Jeg savner deg, دلم برات تنگ شده, Tęsknię za Tobą, Eu sinto sua falta, Mi-e dor, Я скучаю по тебе, И мисс иоу, Jag saknar dig,  ฉันคิดถึงคุณ, Seni özledim, Я сумую за тобою, میں آپ کو یاد, Tôi nhớ bạn.

Son casi cincuenta idiomas, y todo lo que lees significa lo mismo. Te extraño, te echo de menos…. un mismo sentimiento en todo el mundo. Da igual el idioma, o la persona que lo diga, o como lo pronuncie. Significa lo mismo, transmitimos lo mismo. Es sin duda una de las sensaciones que más unidas van al amor. Uno de sus resultados, el producto de amar a alguien.

El amor es un secreto que los ojos no saben guardar. Y cuando echamos de menos, sin duda es que amamos de verdad.

Echar de menos no es algo singular de nuestra raza, hasta los animales se echan de menos. Sin ir más lejos, cuando me llevo a mi pastor alemán a correr, mis perras lo echan de menos. Y se lo hacen saber cuando llegamos a casa.

Es una sensación bonita y a la vez triste. Sobre todo si echamos de menos a alguien que no vemos o no podemos ver.

El amor es tan complicado a veces, que nos lo pone increíblemente difícil para hacerlo triunfar.

Tú sin lugar a dudas, la personita de la que me he enamorado, escondes en tus ojos lo que yo he buscado en un sin fin de dimensiones, guardas una sonrisa capaz de curar mi tristeza, pareces ser la luz ultravioleta que brilla en mi oscuridad, y realmente eres tan hermosa, que cuando sonríes me sacudes el alma.

Te echo de menos. Te echo de menos más que a nadie en toda mi vida. Ayer murió mi abuela y no sé porqué me cuesta reconocerme que eclipsaste este hecho. Y te echaba de menos a ti, al igual que a ella. Pero no dejaba de pensar en ti mirando tus fotos.

Por eso te pido que te arriesgues. No te quedes con las ganas de saber qué pasaría, lánzate, vive, atrévete, que si de los éxitos se disfruta de los errores se aprende. Y tu misma me dijiste en muchas ocasiones que lo dejara fluir, que no intente controlar nada. Tú ahora parece que quieres controlarte. Hemos practicado juntos tus papeles en casting, me he pasado horas acariciándote y abrazándote, tumbados en el césped abrazados como dos jóvenes enamorados, te he visto brillar más que la luna cenando a tu lado, te he visto sentirte feliz conmigo, te he besado con más pasión de la que jamás fui capaz, y yo creo que todo eso significa algo.

Después de todo, no estamos tan viejos como para dejar de soñar. Ni tan jóvenes como para besar cualquier sapo. Estamos en esa edad donde uno sabe lo que quiere, lo que no quiere, y con quién quiere complicarse la vida.

Yo te conozco Tatyana. Eres más fuerte que tus miedos. Mucho más que cualquier otra mujer que haya conocido. Tus fuerzas son mayores que tus dudas. Aunque tu mente esté confundida, tu corazón siempre sabe la respuesta. Con el tiempo, lo que hoy es difícil, mañana será una conquista. Yo sé que te esfuerzas por lo que realmente te llena el alma, y tienes la virtud de esperar. Porque al tú al igual que yo, sabes que todo lo que tiene que ser será.

Yo no sé como sacarte de mi mente, si dejaste tus labios clavados  a mi piel. Si dejaste tu profundo recuerdo en mi ser. Ya no sé si tengo que desgarrarme el alma para sacarte de mí.

Y si eso no es echarte de menos, ya no sé lo que será.

Empiezo a darme cuenta que mi vida sólo dispone de tres fechas solamente, la del día que te conocí, la del día que nos reencontramos, y la del día que te fuiste. Entre unas y otras transcurrieron momentos de mi vida. Lo que ocurrió antes lo olvidé y lo que suceda ya carece de importancia.

Tú eras sin duda mi mano amiga, la que sabes que esté donde esté me recordarás, eres alguien con quien reía, alguien con quien he llorado, hablado, y te has preocupado por mi tanto como yo por ti. Todo me indica que tu has sido y serás mi amor verdadero. Todo son señales del Destino que hacen que no nos separemos en el tiempo, y una y otra vez nos vuelve a poner delante.

Antes de ti no sabía que tenía un corazón, sabía que poseía un músculo que bombeaba sangre a mi cuerpo, pero no lo volví a sentir desde el instante que me enamoré de ti. Desde ese momento tuve la sensación increíble de tener mi pecho golpeando de una forma acelerada, tanto que pensé que explotaría. Todo es tu culpa, producto de una mirada cruzada, de tus ojos fijos contra los míos, esos ojos que supieron sostener una conversación con la ventana de mi alma.

Tú eras una mujer de apariencia indomable. Y ahora deseo conquistarte, lo que creo que es imposible para cualquier hombre. Pero he llegado a la conclusión que no hay que domarte, sólo hay que leerte, entenderte, y amarte.

Porqué no nos dejamos de control, de ese que tu presumías que no había que tener y nos sentamos el uno delante del otro a ver qué sentimos y qué nos decimos…

Porque te digo una cosa, mientras no me digas lo contrario, pienso seguir intentando hacerte entender, que me he enamorado de mi, y que voy a conseguir que tú también lo estés de mi, pero sin miedos.

Quiero estar contigo, porque eres una persona que me hace más yo. Yo valoro esos pequeños detalles que tú tienes que te hacen difícil expresar lo que sientes. Te quiero cuando estás callada , y te amo cuando estas en tus momentos, esos como ahora en los que no quieres hablar. Te escucharía con paciencia, como siempre, y con amor en los ojos. Te besaría la mano primero. Te haría sonreír a pesar de lo molesta que puedas estar. Se que te gusta sentirte libre, andar desnuda, despeinada. Yo te quiero como eres, no necesito cambiarte.

El día 9 de Diciembre es tu cumpleaños. Y sé o creo saber cómo te sientes. Pero compréndeme. Si eres tan importante como digo que eres, y a pesar del espacio que necesitas para aclararte, no puedo permitir que el día que cumples años no te dé una sorpresa. Y quizá sigas en silencio leyéndome pensando para tus adentros, y quizá no pueda ver en persona como tus ojos se iluminan y tu dulce sonrisa florece.

Pero me da igual, sé que tengo que hacerlo, porque es mi naturaleza. No podría perdonarme dejar pasar ese día sin darte algo de mi. Algo que cuando lo mires tu primer pensamiento sea yo. Aunque no quieras volver a verme.

Espero que lo entiendas. Eso es echar de menos, eso es el producto de enamorarte, porque no creo que te des cuenta de ello, o no te lo acabes de creer…. O tengas miedo de lo que sea que tengas miedo.

Pero porqué es tan difícil de creer que pasando tanto tiempo juntos, en persona, por teléfono, por mensaje, te iba a echar tantísimo de menos en el peor momento de mi vida, y me iba a acabar enamorando de ti.

Sabes perfectamente, que después de la tempestad llega la calma, sale el sol y brilla… y si tú fuiste mi calma, mi sol, el rayo de luz de esperanza que tenía que llegar a mi vida? te has parado a pensar en ello?

Tatyana Suñé, te echo de menos. Te lo he escrito, te he mandado rosas, chocolate, te he mandado fotos, audios, te he intentado transmitir lo que siento, y como te dije por facebook si pudiera darte algo en la vida te daría la capacidad de verte a través de mis ojos, para que vieras lo importante que eres y lo muchísimo que te echo de menos.

No sé que más hacer. Sólo sé que lo quiero todo contigo. Hay un dicho que dice «que no te hable no significa que no te extrañe». Espero que así sea.

«Te echo de menos a cada momento, ni siquiera tu increíble recuerdo compensa tu ausencia».

 

¿Que si soy valiente? Sólo te contaré algo, he visto cosas que me han destrozado el alma, he escuchado cosas que me han matado por dentro,  he visto como desconfiaron de mi cuando más leal he sido, he vivido la traición cuando más confianza he dado, pero ¿sabes algo? Estoy aquí de pie con ganas de amarte y brindarte mi apoyo en el momento que lo necesites.

Hoy he visto a mi familia llorar. Despedimos a mi abuela entre familia y conocidos, llorando. No me da miedo llorar, ya no necesito tener ese control del todo. Me muestro tal cual soy y si tengo que llorar lloro, y si tengo que querer, amo. No me da miedo expresarme y no me da miedo decir lo que siento.

Era la última de todos mis abuelos, y la que más me cuidó de pequeño. Lo era todo para ella. Y he visto el vacío que ha dejado en mi familia. En mi madre y en mi tía, sus hijas. Es duro ver llorar a la gente que quieres. Quizá es para lo único que no estoy preparado en la vida. Y he sentido la necesidad de llorar con todos. ¿Para qué esconderme? Es una tontería. Hoy he mostrado un sentimiento tan bonito y sano como es el sentir tristeza por alguien que ya no está, llorar sin freno ni vergüenza.

He pasado la tarde hablando con personas que hacía años que no veía, amigos de la familia con los que me he criado, las mismas edades y mismos sueños e ilusiones. Muchos casados y con hijos y muy envejecidos. Todo el que me veía me decía que si había hecho un pacto con el diablo, que cómo podía tener la misma cara y apenas sufrir el paso del tiempo.

Y eso me ha hecho pensar. No sé qué tengo ni porqué existo. Me he sentado en uno de los sofás de la sala, a observar como la gente hablaba de recuerdos, familiares se reencontraban, sentían, y se ayudaban mutuamente. Yo en cambio, cogí el móvil, y me puse a mirar a la persona que amo. Me puse a hacerlo porque mirarla me tranquilizaba. Es como si mirarla hacía que me teletransportara a otro lugar, donde la paz y la serenidad invadían mi mente, y en gran parte la alegría de tenerla a ella en ese preciso momento.

No sé si hago bien las cosas, porque la vida no viene con un manual de instrucciones, no sé si quiera si las estoy haciendo bien ahora, dedicándola pensamientos y escritos a diario, (fluyen de mis dedos y siento la necesidad de encender el portátil y escribir), y no sé porqué a cada foto que veía sentía la necesidad de escribirla algo, algo relacionado con lo que me  hacía sentir esa foto. No sé si hice más mal que bien. La verdad. Pero lo que sí sé es que lo hacía con todo el cariño de mi corazón, porque mi corazón lo sentía.

Cuando me he dado cuenta, llevaba más de hora y media en silencio mirando sus fotos. Es como si no hubiera sido consciente por ese tiempo de dónde estaba y con quienes estaba. Estaba sólo con ella. Aislado de cualquier daño o sentimiento de tristeza. En ese espacio de tiempo sentí la serenidad invadiéndome y la alegría. Sentía amor, amor de verdad, del de película. Era como si estuviese soñando despierto y no fuera consciente de ello.

De repente mi tía me agarró y me despertó de mi sueño. Ya no estaba con Tatyana. Volví al sepelio y mi tía me pidió que la abrazara. Fue como la cara y la cruz de los sentimientos. El dolor y el amor en un mismo momento.

Y es que hace mucho tiempo conocí al amor de mi vida. Aunque no lo quise entender, fue a primera vista, sin duda ella se enamoró de mi. La primera vez que nuestros ojos se encontraron, ella se dio cuenta. Yo he tardado un poco más. Qué suave era su piel. Desde entonces, ahí estamos. Pasamos tiempo separados y nos volvemos a encontrar. Y cuando nos encontramos la abrazo fuerte, y ella también me abraza fuerte, y me avisa por adelantado que la voy a liar. Que no es el momento adecuado, que habrá mil motivos seguramente para separarnos y no complicarnos la vida. Y siempre tiene razón.  Pero aunque la cague mil doscientas veces, nunca se acaba de marchar. Siempre está.

Me besa mejor que nadie en toda mi vida. Cuando voy a descarrilar, es capaz de parar todos los trenes de mi mente. Sabe perfectamente cuál es mi estado y lo que necesito oír a cada momento. Lo da absolutamente todo por mí, aunque duela. La quiero más de lo que se lo demuestro.

Y tengo la absoluta seguridad de que nunca me dejará, pase lo que pase. Fiel, totalmente fiel. Y por eso te quiero Tatyana.

No se trata sólo de sexo. No me malinterpretes. El sexo es jodidamente genial, pero cuando tienes una conexión con alguien, cuando sientes algo tan fuerte por alguien, sólo un beso es suficiente para que tus rodillas se sientan débiles. Y simplemente no se puede superar eso.

Cómo echo de menos uno de tus besos cielo. Cómo echo de menos que me tiemblen las rodillas. Cómo te echo de menos entre mis brazos sentada encima de mis piernas en el coche, intentando despedirnos y no poder separarnos, mirar el reloj y ver como pasa el tiempo, tu encima mío y yo abrazado a ti oliéndonos el perfume. Ese que tanto nos apasiona a los dos.

Yo quiero darte lo mejor de mi, quererte como se quieren pocas cosas, consentirte y dedicarte todas estas letras que seguro nadie te escribió. Quiero amarte más allá de lo imposible… Estar siempre para ti, porque tu siempre sabes como atarme, un gesto, una palabra, un mensaje que me llena de ilusión, porque tal vez tu no me quieras, pero necesitabas que yo te quisiera. Esto sin duda es lo que más detesto de ti. Pero no me arrepiento de nada, al fin y al cabo, me has dado las noches de insomnio más hermosas de mi vida.

«Dicono che il mondo è di chi si alza presto. Non è vero. Il mondo è di chi è felice di alzarsi.»

Y digo todo esto porque todo esto es lo que sentí al ver tus fotos. Me las vi todas una y otra vez. Aunque la mejor es la foto que te hicieron mis ojos mientras sonreías. Esa era la mejor.

Y yo te necesito. Días como hoy te necesito cerca. Uno de tus besos, un café, una bocanada de aire fresco, buen sexo, buena música, la vida está hecha de efímeros placeres, los cuáles los quiero todos contigo.

No sé qué espacio necesitas. Ni qué tienes dentro de la cabeza, no sé si es miedo como el que tuve yo en su día cuando te dije que quería ser tu amigo y tu no te conformabas. No lo sé. He descubierto que sé muy poco. Y dentro de lo poco que sé lo más importante es saber que me he enamorado de ti.

Quizá necesites tiempo, o espacio, o estés hecha un verdadero lío como me dijiste, y no te entiendas ni tú. Y puede que yo la esté cagando mandándote audios, o escribiéndote aquí. No lo sé tampoco, pero es ni la vida ni tú veníais con libro de instrucciones, y ahora mismo estoy aprendiendo a cada paso que doy, me guío por sensaciones, por sentimientos que fluyen dentro de mi. Y te pido perdón si la estoy cagando, pero lo que estoy haciendo, lo hago con el corazón. Y tu sientes por mi. Lo sé, cada parte de mi cuerpo, mi mente lo sabe, y quizá te de miedo que complique tu mundo, o quizá que lo revolucione, porque sé que para interpretar necesitas energía… pero tu me enseñaste a liberar lo que llevo dentro, a dejar de controlarme, y parece que tu lo haces ahora. Porque si algo sé es que el Destino nos quiere juntos y que una parte de ti, la que me ama, fluye por salir.

Sin duda tu yo objetivo intenta encerrarla. Y yo te pregunto: ¿Porqué? tu sabes la de gente que pide sentir lo que sentimos nosotros, la de gente que se pasa la vida intentando que alguien sienta lo que siento yo por ti ahora… yo creo que la vida no está para desperdiciar sentimientos, yo creo que merece la pena arriesgar, porque cada puñetera neurona de mi mente, y cada célula de mi cuerpo, llevan días, semanas gritándome que eres TÚ…. Tú y nadie más que tú.

No tienes que sentir desconfianza, ni miedo, ni celos. Soy tuyo. Lo he dejado ya por escrito en miles de letras, fotos, sentimientos, frases, te he etiquetado en cada una de mis fotos, te he mostrado al mundo, he dicho que existes y que existes dentro de mi, para quedarte y no irte jamás.

Y hoy más que nunca, rodeado de gente que añoraba a alguien que se ha ido, me he dado cuenta que tenemos vida para vivir, vida para sentir amor, vida para brindar por la vida en tu corazón, vida para querer, vida para seguir aquí, vida para saber que no vivo sin ti.

Porque para quererte no necesito tenerte, te quiero libre; conmigo o sin mí. Te ofrezco mis brazos para estar juntos, o te doy mis alas para dejarte volar. Tú decides.

Y las personas que saben de dar abrazos, saben que el objetivo no es rodear a la otra persona con los brazos, si no acercar el corazón propio al otro.

Así que después de un día tan corto y a la vez tan largo, seguiré aquí esperando que me hables, que me llames, que demuestres que te importo un poquito al menos. Seguiré por ti, porque te quiero.

«Todo me lleva a ti, como si todo lo que existe, fueran pequeñas barcas que navegan, hacia las islas tuyas que me aguardan».

archivo-13-11-16-0-13-34

 

Esta foto la vi en internet, y te he imaginado en ella, porque es de tu estilo. Me recuerda a ti. Y mi mente hace el photoshop necesario para ponerle tu cara, tu pelo y tu cuerpo. Me encantas.

Con todo el cariño del mundo, todo el amor del que es capaz de dar mi corazón para ti Tatyana Suñé Rodríguez.

«Pero, en definitiva, ¿Qué es lo nuestro? Por ahora, al menos, es una especie de complicidad frente a otros, un secreto compartido, un pacto unilateral. Naturalmente esto no es una aventura, ni un programa ni -menos que menos- un noviazgo. Sin embargo, es algo más que una amistad.

Mario Benedetti

Esta semana se ha ido mi última abuela. Se ha desvanecido en armonía con su familia. Víctima de dos neumonías casi paralelas, se fue apagando hasta que su corazón, siempre lleno de amor por sus nietos se paró.

Ya no tengo más abuelos. Todos se han ido apagando. La vida les superó, y su legado permanece en nosotros. Intacto. Todo aquel amor que me dieron, sus enseñanzas, su bondad y su cariño, ha quedado perenne en mi y en sus otros dos nietos.

Esto me ha dado que pensar. Somos seres independientes, capaces de lo mejor, y también de lo peor. Un continuo Ying y Yang luchando por salir.

Yo quería a mis abuelos. De pequeño me lo dieron todo. Me enseñaron a diferenciar el bien del mal, y me castigaban por ello. Sin duda porque me querían. Porque querían que el día de mañana sus nietos fueran alguien en la vida y triunfasen como ellos no pudieron hacerlo de igual medida.

Hoy tengo 37 años. No sé si he triunfado en la vida, pero si como persona. Me considero una persona de buen corazón a la que no le gusta hacer daño a sus semejantes. Sé que tengo muchos defectos. Pero la bondad que me transmitieron, la alegría, y el amor, imperan en mi.

Ahora que mi abuela haya desaparecido sólo me invita a mejorar aún más como persona en la vida, y que allá donde esté, me vea y sienta orgullo de mi.

Fui el primer nieto de todos mis abuelos, y quizá por eso me protegieron en exceso. Yo era un niño mimado y muy cuidado, me daban todo lo que quería. A consecuencia de eso también era un poco retraído, me costaba decir como me sentía, y relacionarme con el mundo. Era gordito, muy gordito, y también a causa de eso sufrí ciertos excesos en la escuela. Pero mi carácter fuerte hizo que no me afectaran y llego un momento que el patito se convirtió en cisne, justo como ellos me habían enseñado. Intenté por todos los medios que estuviesen orgullosos de mi, estudiando para sacar siempre sobresalientes, y destacando también en todos los deportes que practicaba, judo, baloncesto, natación… etc.

Ellos me enseñaron a luchar. A no importarme el resto ni sus comentarios. A quererme tal cual soy. Ahora soy un reflejo de aquel deseo de mis abuelos. Muchos años me ha costado sentirme como ahora, sentirme buena persona, y sobre todo, luchador por aquello que amo y en lo que creo.

Realmente no sé que me depara el futuro. Éste ha sido un año muy duro. La verdad, el peor de los que recuerdo. La salud, el amor, la familia, todo se quebró. La verdad cualquier otro en mi situación habría tirado la toalla.

Pero de la oscuridad, nació la luz. Esta vez la luz tenía nombre y apellidos. Alguien del pasado volvió al presente y trajo su aura y su luz. Alguien que por motivos que aún no comprendo, siempre ha permanecido unida a mi. Ya sea por ver sus fotos y darle a like, o por soñar con ella. Su recuerdo, al igual que el de mis abuelos siempre ha permanecido intacto y perenne en mi.

Aún no sé si vino para quedarse. Por mi parte deseo que así sea. Pero cuando vino me sacó de un pozo muy profundo, del que no deseaba salir. Me habían arrancado todo lo que soy de un golpe y me encontraba sin camino, destruido.

Nadie salvo ella, supo sacarme del mismo. Quizá fue su alegría, su perfecta y preciosa sonrisa que la caracteriza. Su boca y sus ojos en armonía siempre para crear esa magia que yo llamo alegría.

Fueron charlas de días, de horas y horas de complicidad aguantando mi negatividad pese a poder agotar su energía. Pese a tener delante a alguien de quien se enamoró y poder sufrir por ello. Antepuso mi bienestar al suyo propio.

Eso la define. Eso dice mucho de una persona. Es bondadosa, cariñosa, y ante todo buena persona, de gran corazón. Pese a parecer una mujer fuerte e inteligente con mucho carácter, yo sé que por dentro es una niña romántica y cariñosa, pasional, que sólo desea que la quieran y que la cuiden. Sé que un abrazo que la ha haga sentir protegida lo es todo para ella.

Ella me trajo su luz y me hizo despertar. Ahora su luz me ha contagiado y deseo provocar lo mismo en ella. Me pidió tiempo porque se encontraba mal. Quizá agoté su energía. No lo sé. Y lo siento si así fue. Pero la quiero. He renacido y ahora soy el que ella veía que llevaba dentro. Tengo tantísimo que agradecerla que lo deseo con todas mis fuerzas.

Si, de la manera más rara, más sutil, y menos esperada, me fui enamorando de ella. Y no fue su físico, ni sus vestidos o su cara. Fue su bondad, su alegría, el cariño inmenso que me daba en cualquier momento. Siempre estaba al otro lado del teléfono para oírme llorar. Siempre estaba ahí para decirme las palabras adecuadas que me hiciesen sonreír y resurgir.

Ella se convirtió sin esperarlo ni preverlo en la capitana de mi Destino. En un pilar fundamental de mi pensamiento, y poco a poco adquirió una gran parcela dentro de mi corazón.

Estos son mis motivos para pensar que me enamoré. Quizá ella no se lo crea. Tiene razón debido a nuestro pasado. Yo también tendría miedo. Pero si en el amor no arriesgamos, en qué lo haremos si no? Qué otro sentimiento es más importante y es más beneficioso que ese para arriesgar en nuestra vida?

«A mi lado no te prometo los mejores días ni las mejores noches, pero te puedo jurar los mejores amaneceres ya que tengo como despertador para ti un concierto de besos y sonrisas, no son demasiadas, pero puedo jurar que son las mejores.»

Tú Tatyana Suñé fuiste mi luz en el peor momento de mi vida. Y tú mereces a alguien que le encante la lluvia cuando empieces a ser tormenta. Y a mi me encanta mojarme con el agua de lluvia.

Tú sabes que le soy fiel a mi soledad, duermo con ella, pero sueño contigo. He aprendido a estar sólo. Sé estar sólo, pero es que no quiero estarlo ahora mismo porque cada trocito de mi cuerpo me dice que eres tú y que luche por ti. Nunca antes he estado tan seguro de esto. Nunca.

He podido sentir amor, he podido estar enamorado, si. Pero nunca he sentido esta intensa necesidad de cuidar a alguien, amarla y demostrárselo cada día. De la manera que sea.

Ansío el momento de volver a oírte, de leerte, de tenerte delante y gritarte en silencio «Te quiero!», de susurrarte al oído lo mucho que te deseo, de tocarte durante horas hasta que cada roce de nuestros cuerpos sea una caricia. Deseo tantas cosas contigo. Deseo que se despeje tu mente, deseo que tus dudas se desvanezcan, y te deseo, si Tatyana, te deseo mucho, con todo mi cuerpo.

Deseo abrazarte, permanecer inmóvil abrazado a ti, oliéndote, escuchándote el corazón, permaneciendo atento a tu respiración… disfrutando de ese placer que es tener en tus brazos a la persona que amas.

Siento haber tardado tantos años en darme cuenta de todo esto. Siento que haya pasado tanto por medio para darme cuenta que eres tu la que siempre me amó, la que siempre creyó en mi, la que siempre me iluminaba y me decía lo bueno que era. Eras la que veía en mi algo que yo no era capaz de ver, y nunca desististe de ello. Y por fin, después de tantos años lo vi yo en ti.

Es curioso el Destino. Te pone delante mío una y otra vez. Y ya no estoy dispuesto a que nada ni nadie nos aleje de nuevo. Ya no. Tengo 37 años y no pienso perderte una tercera vez, ni dejar que una cuarta nos encuentre.

Es aquí y ahora. En este momento de nuestras vidas. Te quiero y merece la pena luchar por aquello que amas. Y te quiero porque tú cantas una canción que sólo yo escucho. Por mil motivos que podría decirte en persona, uno tras otro. Permanecerías en silencio, callada, escuchando mis motivos. Te lo prometo.

«No busco a nadie especial, sólo ese algo inexplicable, que lo diferencie de las demás sin que lo presuma, ese pequeño detalle  que resalte sutilmente, sólo busco a mi rara interesante».

Tu eres mi rara interesante Tatyana Suñé.

archivo-11-11-16-14-56-24

10367722_731252266932729_7319062546733692980_n

La vida es mucho más bonita cuando tenemos a alguien al lado que nos quiere. Los días se hacen mejores, nos levantamos con más ganas, y nuestras tareas parecen fluir.

Sentir esa sensación que nos envuelve y nos mejora es  a lo que todos aspiramos. No creo que nadie realmente no quiera esto. Puede que tengamos miedo, desconfianzas, o dudas. Pero en el fondo todos deseamos sentirnos así.

Porque sentirnos amados es una sensación que puede curar. Si, el amor cura. Los estados de ánimo negativos los ahuyenta. Da igual lo que nos pase, realmente si tenemos a alguien al lado que nos apoye y nos ame, gran parte de nuestros problemas dejan de serlo. Y pasan a ser meros sucesos de nuestro día a día.

Todo queda a un segundo plano. Yo te echo de menos. Y siento la necesidad de escribirte en este océano de dudas de tu mente. Siento la necesidad cada día de hacerte saber que estoy aquí. Esperando que tus dudas se despejen y por fin aparezcas. Todo fue muy rápido, quizá. Hasta puede que fuera en un mal momento para que pasara, quizá. No lo sé. Pero porque pararme a pensar en todos esos quizá sin prestar atención al hecho de que me empecé a enamorar de ti en el peor momento de mi vida. Dime. ¿Hay algo más puro que eso?

Cuando el sentimiento más bonito de la humanidad entra en mi en un momento tan oscuro… no es quizá porque tenía que ser así… porque seas la mujer de mi vida? porque el Destino así lo quiso. No creo que haya que darle muchas vueltas. Sé que puedo revolucionar tu mundo. Pero cuando te lo digo con la mano en el pecho, día tras día, mostrándolo al mundo para despejar tus desconfianzas… no será porque lo siento de verdad cielo?

No soy perfecto. Hasta el más sabio lo sabe. Tengo mil fallos que pulir. Pero sé en lo que soy bueno, y queriéndote seré el mejor. Después de tantas vivencias, tantos errores cometidos y tantas caídas, no crees que he aprendido de todo ello? Y puedes recibir todo el legado de mi aprendizaje para tener un amor puro y sin barreras?

Me gustaría decirte todo lo que te he escrito estas últimas semanas a la cara. Me gustaría tenerte delante y sonrojarte. No es una declaración de intenciones. Ni de coña. Es un deseo. Un ferviente deseo por mostrarle a la mujer que quiero que estoy aquí para ella y para siempre. Hasta que la vida se me acabe.

Y no es algo que podamos desperdiciar. Cuando dos personas a lo largo de los años quedan unidas como nosotros, tiene que ser por algo. Y me gustaría descubrirlo a tu lado. Cada vez que nos hemos reencontrado ha surgido de todo, desde cariño, a atracción brutal.

Hay algo que nos une. Complicidad, deseo, pasión, cariño, alegría, incluso la mala leche que nos caracteriza a ambos y lo cabezones que somos. Te prometo que no tendrás que volver a desconfiar de mi jamás. Te lo prometo.

Miro cada una de tus fotos cien veces al día tocándolas como si así pudiera acariciarte de verdad. Miro tus fotos imaginando que te beso como hace muy poco tiempo. Con esa mezcla de pasión y de cariño llamada amor.

Te necesito en mi vida. Trajiste una luz a mis días que nadie antes fue capaz de provocar. Y quiero aportarte algo parecido. No quiero que tengas más días de bajón. Y si los tienes compartirlos contigo.

No sé como ha pasado, ni porqué ha sucedido. Te lo juro. Pero estoy seguro que eres tú. Todo mi cuerpo y mi mente susurran tu nombre en mis oídos.

Sé que puede constarte entenderlo, o confiar, porque sé cómo eres, y sé como fue nuestro pasado. Pero yo no soy ese más y creo que te empezaste a dar cuenta.

Me gustaría que siguieses comprobando que soy una mejor versión de mi mismo, más perfeccionada y engrasada, alguien que solo desea quererte como siempre quisiste.

Quizá ahora yo esté enamorado de ti como antaño tú de mi. Y ahora tú no lo estés. Pero mientras no me lo hagas saber no pararé hasta demostrarte mis intenciones. Porque nunca tenemos que dejar de luchar por aquello que amamos.

Hoy es jueves, y mañana será viernes, y día tras día seguiré aquí escribiendo, intentando disipar tus dudas y tus miedos. Habla con tu familia, no creo que ellos te digan que estoy aquí para engañar.

De verdad, yo creo que no. Te quiero Tatyana. Quizá no lo supe demostrar hace años, quizá no lo supe entender entonces, pero hoy  me doy cuenta de ello y no me lo niego.

Y da igual lo que sientas tú, sabré entenderlo. Pero siempre te llevaré en mi corazón. Siempre podrás contar conmigo, siempre podrás acudir a mi cuando algo necesites. Ahora estás encima de mi todo, y no hay nada que te supere en importancia.

Sólo soy un hombre diciéndole a una mujer que la quiere. Y que la necesita en su vida.

Soy humilde en mis intenciones. No sé a dónde nos llevaría el futuro, pero si sé que sería un futuro mejor si me dejases demostrártelo. Sé lo importante que es tu carrera para ti, y quiero ayudarte en ello. Estando a tu lado, alegrándote en los malos momentos, sea lo que sea que necesites. Quiero hacerlo.

«Quiero dormir contigo, en el sentido más inocente de la palabra. Quiero darte un beso de buenas noches, apagar la luz y acostarme por primera vez a tu lado. Quiero estar allí, oírte respirar el mismo aire que yo. Quiero compartir la misma manta y el calor a medida que vas a la tierra el ensueño. Quiero compartir cada uno de mis lugares favoritos. Quiero abrazarte y sentir tus brazos envueltos a mi alrededor.  Quiero oírte respirar mientras duermes. Quiero ser lo último que ves en la noche y lo primero que ves en la mañana. Quiero empezar y terminar cada día diciéndote lo mucho que te amo. Yo lo quiero para mi y podría continuar durante una eternidad explicándote porqué».